Durante meses vengo pregonando el buen escribir, y por eso sigan mi ejemplo para no escribir como lo hago. Pero acabamos de rozar lo agresivo. Si bien se trata del nombre de una Avenida, como verán, se trata del prócer de la Patria; y no hablo esta vez de Forlán ni del miembro del “pelado” Cáceres.
Hablo
de José Gervasio. Ni Ancina se hubiera atrevido a escribir mal el nombre de su
amigo de la vida, de su hermano de batalla, de su compañero del mate de las
seis de la tarde, de su compañero de shopping los domingos luego de darle con
la unión de los pueblos libres un rato, de su… Bueno, ¿su esclavo? ¡No! Callad
esas palabras de mi boca, quitad de mis labios tales pensamientos, sacad de mi
lengua estos… Porque tanta cosa en la boca me voy a terminar ahogando con el
mate. Ahora sí, callad esos improperios al buen nombre de nuestro gran General
(Chávez no).
Y
si le entraba a la prima ¿cuál hay? Nuestro prócer actual le entraba a un
chango porteño que se prendió de la fama igual que su hermana a otra cosa; pero
esta última bien aferrada a lo que quería.
Me
jugaría la soberanía de mi cabeza a que más de uno que me está leyendo, no
entiende nada, ni de qué hablo. Lo dejo a vuestro buen criterio señores
lectores, yo me voy a seguir chamuyando al pueblo con esto de las asambleas
constituyentes, y por las dudas me voy vichando en el Google a cuánto anda el
alquiler en Asunción.
¿Ancina? ¿Y ese quién es? ;)
ResponderEliminarEn fin, era un apodo.
ResponderEliminarJeje... iba con onda igual... Muy bueno el blog, estoy entrando de vez en cuando para divertirme un rato... Me gustó mucho el último artículo de nuestra heroína uruguaya Chris Namús, jeje...
ResponderEliminarAhí va, me alegro que te guste el blog amigo. Está invitado a seguir leyendo las columnas, ¡abrazo!
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