Probablemente es la columna más larga que he escrito; y el título se me está yendo largo, qué lo parió, tengo graves problemas para sintetizar ideas; ahora jodete y lee, si entraste lee


Es hora de terminar con este tema (mentira, todo el tiempo recurro a lo mismo porque me quedo sin ideas). Y hablo de la ortografía de la gente en la posmodernidad que vivimos. En realidad no estoy seguro si estamos en la posmodernidad o en la decadencia de la modernidad, en la era pre extraterrestre, en la era de los periodistas que hacen chistes (incluso yo, pero no me pagan ni por una cosa ni por la otra), o en la época pre reaparición de Jesús en chancletas a decirnos “bueno, vamos cerrando por acá; se les fue la mano con eso de la autodestrucción de la raza humana y el sun”.
Cercano a mi primer viaje al exterior para una cobertura periodística me encuentro aquí. En frente a la misma computadora de siempre, en frente a las mismas páginas web de siempre y buscando aquellas que me den un cacho de información que necesito, y que obviamente no existe, porque claro, el fútbol parece que es cosa de hombres.
Me desvié un poco, aunque en realidad nunca dije bien qué es lo que iba a hacer. Bueno, me acordé. Es hora de terminar con la discusión y armar categorías, que cada uno se identifique en una y tenga ese sentimiento de pertenencia que tanto le gusta al uruguayo, sobre todo en temas tan sensibles como la ortografía, los dichos de Tabaré Vázquez o los cuetes en Navidad y Año Nuevo.
Sin más preámbulos (gran preámbulo ¿eh?) las categorías:
El tildómano. Sí, tremendo invento, pero es una categoría y es mi blog, si queres inventar hacete tu blog e inventá vos. Estas personas tienen una especie de problema con los tildes, digamos que son los “terapia intensiva” de la ortografía. Son personas con una buena intención, con muchas ganas de mejorar su escritura, pero realmente pueden ir arrancando a repartir currículum vitaes en varios supermercados, no sin antes contratar a una persona idónea para que les escriba dicho currículum.
Un ejemplo: “se nos vinó el verano, no pasá nada en está ciudad y por eso me fuí a la pláyá a tomar un póco de sol. Gracias a mama qué no me compro el bronceador hoy luzco un bronceado como Samuel Eto’o”.
El re tierno. También conocido como el estúpido. Generalmente se da en menores de edad pero no es exclusivo de estas especies que nunca se extinguirán. Más allá de los horrores que me obligan a colocarme mi par de lentes especiales para leer barbaridades (los viejos y queridos “culo de botella”; no tengo problemas de visión, pero antes de leer eso prefiero ponerme tremendo aumento, mirar con poca luz y desmayarme), son un método: un método para levantar minas, o flacos, según la preferencia de cada uno/a. Es muy común en comentarios de facebook en las fotos de esos que buscan un contrato con Play Boy pero no le han encontrado la vuelta para mandar currículum. En mujeres es común y se lo ve socialmente por muchos sociólogos contemporáneos como “pendeja calienta macho”. En hombres es menos común pero es un fenómeno en crecimiento constante, el científico canadiense Henry Pámelachu lo califica como “este pendejo tarde o temprano va a trabajar llevando carne al interior”.
Un ejemplo: “hlizz, me guzta tu pic. M das un bzito? T amo ta? Mux Kizzezz”.
El Bíblico. Esta categoría se asemeja un poco a la primera y van de la mano, muchas veces podemos ver el mismo fenómeno en la misma persona. Son personas que denotan ese esfuerzo por mejorar pero no salen del nivel simio ni con un pase al exterior. La característica es la de poner mayúsculas indiscriminadamente, tanto a nombres propios (aunque a veces no), como a palabras cualquiera. Estamos estudiando en estos casos y todavía no encontramos una razón lógica, por ahora hemos desarrollado varias teorías y lo único que encontramos es un complejo de idiota. Igual vale decir que tratemos estas personas con respeto, nunca se sabe si tarde o temprano se transformen en el mesías.
Un ejemplo: “Qué Calor que Hace che. No se Puede con el Aire Acondicionado, El otro Día lo apagué y Me vino una Diarrea Como pa Ochocientos; justo Me Había mandado un Guiso de Porotos que me Dejó como Loco”.
El caritómano. Ando bien inventando patologías y palabras. Acá tenemos personas que todavía no se enteraron que la escritura es una cosa, y la oralidad y gestualidad es otra; o simplemente tienen el deseo de que sea todo junto. Es más, se trata de personas que en realidad tienen poquísima gestualidad. Aquí también ingresa el paciente con problemas de emoticones, más allá de las caritas predeterminadas que todos conocemos. Son seres con serios problemas, ya que no diferencian mucho los conceptos. Te ponen una carita para decir frases amorosas, para levantarse una mina, o para dar las condolencias por el fallecimiento de un pariente. Soy capaz de insultar al que me ponga un :( el día que alguien de mi familia fallezca, avisé.
Un ejemplo: “Yo soy hincha de Peñarol ;) y tengo aguante. :D Peñarol (L) Oro y carbón (L)”.
El excitado. Estas personas tienen una característica fundamental, exageran y muestran constantemente deseos de gritar, pero en persona son absolutamente todo lo contrario. Se trata de personas que son golpeadas en la casa, que necesitan gritar pero lo hacen escribiendo (vaya error, es escritura mhijo), y generalmente se trata de futuros golpeadores/as.
Un ejemplo: “aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa quiero ir a la playaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! No aguanto maaaaaaaaaaaaaaaaaas a mi jefe ponieeeendomeeeee el miembro en el escritorioooooooooo!!!!!!!!”.
Turcos en potencia. Es simple, el abuso de la k. Ojo, hay algo que es importante en esto, la solidaridad siempre latente del uruguayo, porque no hay letra más discriminada en nuestro lenguaje (¿qué lenguaje?) como la k. Me parece bárbaro que se intente reivindicar los derechos de la k, habla de nosotros como sociedad. Igual que con los perros, al propósito: ¿vas a tirar cuetes en Navidad? ¿Verdad que no? A los perros los enloquece, o ¿no éramos defensores de los animales? Ah no, sos defensor de los animales para una cosa pero sos tirador de cuetes compulsivo para otra.
Un ejemplo: “kiero ke me kieras, te kiero mucho. ¿por ke no me decis que me keres, insensible?”.
Jajajáicos. Esta persona debe tener un trabajo muy aburrido, y en realidad son personas aburridas. Personas que miran a Rial, que carecen totalmente de su vida fuera de las cuatro paredes que la encierran (literalmente, son personas tristes que viven en un mini monoambiente y tienen el inodoro al lado de la televisión, es entendible la tristeza de terminar de satisfacer una necesidad y convivir con la otra al lado). O está el otro caso, que se trata de personas inseguras, que cuentan chistes y necesariamente lo acompañan de un “jaja” para avisar que es un chiste. Realmente si tu chiste es bueno, si lo que estás diciendo es gracioso, no necesito tu “jaja”, podés metértelo en ya sabés dónde, porque además, tu chiste es malo, gil/a. Es más, tampoco es ingenioso comentarle a alguien que dijo algo gracioso con un “jaja”, elaborá una frase que demuestre que te hizo reír o decí simplemente “me hiciste reír”, hacé trabajar esas neuronas embarradas con aceite para caño de prostituta de Show Match. Qué lindo, siempre dando consejos para nuestros lectores, somos un servicio para la comunidad.
Un ejemplo: “quiero ver El Señor de los Anillos jajajajajajajajajajajajaj comiendo pop en el cine Ópera y no caerme de la butaca porque una polilla se la devoró en medio de la película jajajajajaja”.
Puntos-suspensivos-compulsivo. En esta categoría, lamento decirlo, usted lector entra. Sí, quiero generalizar y voy a generalizar, todos a esta altura están envenenados intentando darle suspenso a vuestras vidas, que de por sí no tienen suspenso. Vamos, somos uruguayos, ninguno de nosotros tiene una vida interesante, en este país no pasa nada. No se crean que por mirar una serie en televisión, que termina con un final abrupto, o la pausa de Tinelli en el momento decisivo donde va a abrir un sobre y decir “y el ganador es: ………………………………………………………………………………………………………… ¡Vamos a la pausa!”. Veo puntos suspensivos en las preguntas, en las exclamaciones (nada más contradictorio), en las afirmaciones, en todo. Temo decirle a usted lector que padece una adicción, se han vuelto verdaderos drogadictos del suspenso. Por favor, si usted quiere salir de este flagelo puede acceder a nuestros módicos precios en rehabilitaciones para “adictos a los puntos suspensivos”. Tenemos tratamientos especializados y dirigidos a cada persona de manera diferente, si usted recién comienza le sacamos el bicho a prepo y lo dejamos limpito. Si usted hace un tiempo que está en esta adicción, le proporcionaremos una inmediata internación con charlas grupales a cargo de Sergio Puglia, y un tratamiento en base a observación de videos, 12 horas por día de Tv Ciudad. No se olvide de consultar aquí mismo, comentando esta columna usted se está ayudando a sí mismo, y ayudarse a sí mismo es ayudar a esta sociedad en suspenso. Dale dinámica a tu vida integrándote a los cursos de rehabilitación de Fijate si puso la puerca, ¡comentá ya!
Un ejemplo: leáse a sí mismo, señor lector.

Quedan definitivamente excluidos de estas categorías los que directamente son analfabetos. El que estaba en la escuela el día que enseñaron a leer, pero vichando las fotos hot de la compañerita en su ceibalita, o aspirando polvo de tiza en el baño. Que por cierto, lo único que produce es un mareo, mentira que es tóxico.

Imagen meramente ilustrativa, ya fue demasiado texto.

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