No
estamos peleados. Con esa aclaración quería empezar, y me refiero al señor
Chanchito, el columnista nuevo, el columnista que ahora todos ustedes admiran,
aman y aclaman. Claro, se olvidan de mí. Miren que más de un año me pasé
escribiendo para ustedes, me entregué por completo para mi público. Bueno, por
completo no, pero me entregué muchas veces cuando veía que nadie leía.
Ahora
el Facebook es un éxito, ¿casualidad? Chanchito dice que es gracias a él y nada
más. Su carrera al estrellato es mucho más corta que la de cualquier botija de las
inferiores en nuestro país y, según fuentes cercanas, estaría pensando en
comprarse el auto. A pesar que admira al Toto Da Silveira (sí, Chanchito, vos
no querías confesarlo pero yo ahora vengo acá y te escracho), quien siempre
pregona por la casa antes que el auto.
En
realidad hoy vine sin tema para escribir. ¿Alguna vez vine con tema para
escribir? Sí, a veces sí, cómo no, revisá dale. Bueno, no fue Chanchito quien
preguntó, fui yo, como siempre. Es cierto que la mayoría de las veces traje
algún tema bien agarrado de los pelos, como botija de liceo que el novio le
puso “me gusta” a la foto de perfil de la amiga.
Hoy
estoy feliz. No soy Riquelme, no tengo los músculos de papel (bueno, capaz que
un poco sí), ni me caigo al piso apenas me sople una brisa de esas que
revolotean panaderos. ¿Conseguí trabajo? Tampoco, estaría preparándome para mi
primer día, durmiendo. ¿Por qué estás feliz, entonces? (Cada vez me hago
preguntas más raras, estoy haciendo méritos para ser el mejor autopreguntador
de la historia) Porque terminé algo que tenía que hacer, algo que por más de
dos semanas tenía que haber hecho pero como buen uruguayo, lo hice en los
últimos tres días. Creo que me merezco escuchar un poco el himno ahora.
Aguarden.
Pasaron
54 minutos…
No,
no merecía eso. Pero bueno, como siempre les digo, si hago humor es porque soy
una persona medianamente feliz, sino ya saben, escribiría poesía como tantos de
esos fracasados en el amor y en la vida; o mentirosos, no sé.
¿De
qué les quería hablar? No sé, pero a mi campaña de un Palito Pereira en mi mesa
de luz (cada vez más posible, el entrenador lo está borrando del mapa
últimamente), quiero sumar mi segunda campaña: quiero un Tola Antúnez para que
me traiga el desayuno a la cama.
No,
no siento deseo sexual por el Tola, ni mucho menos. Pero considero que
levantarse temprano (cuando trabaje, ahora minga) con un desayuno y unos
chistes o anécdotas de vida del Tola, me harán levantarme como nuevo.
También
es cierto que muchos de ustedes están podridos de este personaje. Ah, yo no me
canso, quiero más. Sí, mal pensados, sigan pensando groserías de mi persona y
acúsenme de homosexual y esas cosas, que en realidad es para lo que les da el
cerebro podrido por comerciales de Vesubio.
Tá,
por ahí la voy dejando. Pensé en comentar un poco la publicidad de la que
hablaba pero me perdí en esos ojos celestes de ese rubio inexpresivo.
![]() |
Come on and
dance with Vesubio. Vesubio, Vesubio…
|
Que más acotar?...fué la lectura más al pedo pero a la vez menos ofensiva (bastante divertida por cierto) que leí...sos un ladrón de gallinas chochan y por ello me agradas! (sos de los míos campeón!)
ResponderEliminarNo, esas gallinas juro no haberlas robado. Solitas entraron a casa comiendo ese surco de maíz que casualmente estaba puesto sin ninguna intención. Seamos justos.
Eliminar