Hablando la gente se entiende, hablando por teléfono no sé

El fútbol uruguayo es atrapante. Y este tipo de cosas nos hacen darnos cuenta, hace una semana que los periodistas no paran de hablar de Jorge Bava. Por si fuera poco, las víctimas de esta telenovela venezolana se sienten heridos en su orgullo porque se los trató de ineptos e imparciales. Algo que todos sabíamos, no necesitábamos que alguien con la cara de Bava nos venga a decirlo. Pero bueno, en esta telenovela venezolana Jorgito se puso a un plantel entero de periodistas en contra, y no cesan en apuntarle desde donde pueden. Algo a lo que ya viene acostumbrado el arquero tricolor jugando con Scotti y Lembo adelante.

Lo cierto es que en este país todavía se discute si Bava tenía razón: si Mauro Mas es de verdad o realmente es algún personaje perverso y aburrido de alguna película uruguaya, si Scelza es así de triste o puede ser peor, o Romano una máquina de sincronización para comerse goles al mismo tiempo que el director mientras muestra un replay.
¿Todo eso dijo Bava? No, pero lo quiso decir con esa cara de triste (no tanto como la de Scelza). Pero algo nos ocultan, esta historia tuvo otro capítulo. ¿Rodolfo Pereira hizo un stand up el lunes en Sin Límite y disfrazó a Baillo de “la verdad”? No. Bueno, sí hizo un monólogo de humor como todos los días que sale al aire hablándoles a sus enemigos invisibles. Pero a Baillo no lo disfrazó, eso es seguro, Baillo nunca miente, siempre dice la verdad; igual que los niños.
Como tantas otras veces, venimos aquí con una primicia. Sí, otro diálogo telefónico al que pudimos acceder pinchando los teléfonos de todos los ciudadanos de este país (el tuyo también, cuidate cuando hables mal de tu noviecito).
Ya se imaginarán después del preámbulo que metimos: Darío Rodríguez lo llamó a Jorge Bava. Sí, señores, el eterno capitán carbonero levantó el tubo (tiene celular, pero solo para recibir llamadas, si lo quiere usar tiene que tener a sus nietos cerca para que lo ayuden), y llamó al arquero tricolor, accediendo al amable pedido que ocurrió en pleno partido clásico.
Sin más preámbulos (sí, era hora) vamos con el diálogo telefónico:
(Suena “al fin va a decir la verdad el que escribe los diarios, al fin van a dejar de rezarle a la televisión”, de Callejeros, en el celular de Bava)
Bava: Hola, ¿quién habla?
Darío: Hola, ¿Jorge? Habla Darío.
Bava: ¿Qué Darío?
Darío: Yo, Darío Rodríguez.
Bava: Ahhh… ¿Qué hacés? ¿No me digas que…?
Darío: Que diga qué…
Bava: ¿No me digas que te tomaste en serio lo que te dije el otro día?
Darío: No, Jorge. Yo te llamaba porque vi en la televisión que me dijiste lo que me dijiste y…
Bava: ¿En la cancha no me viste?
Darío: No, m’hijo, muy lejos.
Bava: Ahhh… Yo pensé…
Darío: Pensaste mal. ¿Qué revuelo armaste, eh?
Bava: Son cosas del fútbol, quedan adentro de la cancha.
Darío: Avisale al Círculo de Periodistas, hasta en las radios del interior creo que se sintieron ofendidos. Es muy del periodista ofenderse, quedate tranquilo.
Bava: ¿En qué andas vos? ¿Dándole de comer a las palomas y eso?
Darío: No, viejo, tampoco me entrés a tomar el pelo, mirá que todavía tengo.
Bava: Sí, ahora que me decís del pelo, el otro día le decía a Lembo, ‘ese Raguso, ¿te das cuenta que le cortaron el pelo igualito a Darío?’.
Darío: Es para que la gente no sienta el cambio tan de golpe. Es como que le saques todo lo plancha a Estoyanoff o ustedes le echen aceite a la cintura de Medina. Así de golpe no se puede, hay que ir de a poco.
Bava: Sí, ahí la pifiamos nosotros con dejar entrar a Lembo así. Ni yo me acostumbro, a veces lo agarro del brazo y lo intento ayudar a cruzar el semáforo. Justo hablé de pelo y de Lembo, mal yo. La verdad que sí, es una bendición tener todo el pelo que tenés a tu edad.
Darío: No me mates, tampoco, Jorgito. Mirá que vos pareces bueno pero al lado del Cachorro hasta Bologna es bueno.
Bava: Qué frío tiene ese muchacho, Darío.
Darío: Aflojá, Jorge.
Bava: En serio, juega de pantalón en verano.
Darío: Es para parecer arquero, si no nadie le cree.
Bava: Ojo, entre nos. Ahora estoy medio arrepentido de lo que dije.
Darío: ¿Por? Si tenés ra…
Bava: Porque sí, viejo. Perdón si te ofendo con lo de “viejo”.
Darío: No, Jorgito, todo bien. Es como decías vos, no hay que disfrazar la verdad.
Bava: Bueno, ¿ves? De eso te quería hablar. Ahora lo que dije tiene más minutos que si Mujica probara un porro en medio de Santo y Seña y se riera con el pelotudo que se viste de abeja. Ya cansa esto de ser famoso, hace un montón de años que atajo y ahora hasta me llama Carballo para hablar
Darío: ¡Pah! ¿Te llamó Carballo?
Bava: Sí, Darío. Así como escuchás. Pero no da, tampoco le voy a dar rating a Carballo. Charoná, Olmedo, Rial, Tinelli… Tiene más personalidades que minutos Victoria Rodríguez.
Darío: Ya que estamos, ¿marihuana sí, marihuana no?
Bava: Qué se yo… Te picó el bichito de Esta Boca es mía. Preguntale al Nico Olivera.
Darío: Le voy a pedir el número a Zalayeta. Che, Jorge, al final te llamaba para preguntarte algo pero me olvidé…
Bava: Suele pasar, más a tu edad…
Darío: Sí, y me olvidé también que iba a vichar el pronóstico del tiempo.
Bava: (Susurra) ¡Fah, viene brava la mano!
Darío: ¿Cómo?
Bava: Que menos mal que llevé las manos el otro día.


¡Ojo que te llamo, eh! Y lo llamó.

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