A la uruguaya


De último momento se conoció la noticia sobre el dopaje de 109 futbolistas en el Mundial sub 17 disputado en México (sí, parece que también en México andan demorados con esto del análisis de los pichís). Pero la noticia que no se conoció, básicamente porque no se dieron a conocer nombres ni equipos involucrados, ni tampoco los no involucrados porque solamente se dijo que cinco equipos no lo están; es la presencia de dopaje en todo el plantel, incluso cuerpo técnico, cocineros, masajistas y familiares del plantel uruguayo.
La sustancia prohibida se llama clembuterol y funciona como estimulante deportivo, y es por esto que no está permitido su consumo en deportistas; es decir, cuando analizás los pichís de los botijas te salta “droga social” y enseguida la agujita se te mueve a “estimulante deportivo”, con recelo y timidez, la agujita no está acostumbrada a saltar pa’ ese lado.
Lo que ahora se conoció es que dicha droga es un componente para engordar ganado vacuno en México, y por ese motivo no habrán sanciones ni multas deportivas; debido a que consumieron de manera inconsciente dicha carne.
La noticia que hoy nos decepciona a todos los uruguayos, pero a su vez nadie se ha enterado y entonces nadie se ha decepcionado, es que este estimulante deportivo habría sido la clave para el gran desempeño de los botijas celestes en dicho Mundial. Tanto responsables de la FIFA como trabajadores del LPAPYEAP (Laboratorio para Analizar Pichís y encontrar alguna Papota) sin dar su nombre habrían confesado que Uruguay llegó a la final del Mundial gracias a este estimulante, “no hay bicho en el mundo que te coma más carne que el uruguayo. Tá cantado que los botijas volaron, ni la altura sentían esos animales”.
La decepción seguramente caerá en las próximas horas en nuestro país, y ya comenzaremos a hablar de un fin en el proceso de selecciones uruguayas. Si a esta mentira en el rendimiento de los sub 17 le sumamos el empate en la hora de la Selección mayor con Paraguay, más la decepción en el Mundial sub 20; estamos ante un caldo bien espeso para el ensañamiento promedio del periodismo uruguayo.
Aunque lo desmientan la lógica una vez más primó en el fútbol, ya que los finalistas del Mundial fueron Uruguay y México. Ya sabemos el promedio de carne que te come el yorugua y por eso usted lector se preguntará por qué los mexicanos; es simple, los mexicanos venían comiendo esa carne desde que nacieron. Me extraña que no haya razonado eso, usted señor lector
“Estaba visto que los botijas consumieron algo que los ayudó a rendir así, nunca en la vida se le puede ganar 3 a 0 a Brasil en ningún deporte ni categoría. Agradecé que no venían más estimulantes en el agua del mate o en la máquina de cortar pelo; porque ahí te ganábamos de punta a punta y te volvían corriendo”, confesó Henry Pámelachu, el científico canadiense radicado en nuestro país y ya sin posibilidades de retornar debido a claras señas de uruguayismo que se le habrían detectado en la última inspección que se le realizara por emisarios de su país. “Lo vimos en un transporte colectivo sentado en el asiento para personas mayores, con una jovata parada al lado”, declaró el emisario canadiense Louis Lacomese.
En imagen Matías Cubero, arquero de dicha Selección. Según familiares cercanos habría vuelto mucho más envejecido después del torneo a causa del clembuterol. “Llegó a casa y te juro que no lo conocíamos; cuando se puso la gorrita verde fluo -que nos reventó los ojos- ahí sí nos dimos cuenta que era papá”, reconoció uno de sus tres hijos; el que ya va a la Universidad.

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