Yo pensé que era otra cosa


Lo admito y aviso: voy a escribir en caliente, no me hago cargo de lo que diga.
Muchas veces me hablan de la tolerancia, del respeto, del mate lavado y de las tortas fritas con azúcar. No puedo pedirle tolerancia a la gente y quieren pedírmela a mí.
Allá a 100 km de la civilización de un país al sur (o al norte en definitiva, porque la imagen de globo terráqueo que tenemos está al revés de lo que es en realidad; o eso me hizo creer algún profesor medio comunista) existe un pueblo llamado Villa de la Floreada: muchas veces hablé de él, ésta es una nueva oportunidad donde me voy a referir a esta especie de pueblo, que tiene ribetes de sociedad pero la bosta en el pavimento termina echando por tierra la teoría de civilización.
Existen las calles, es cierto, pero también existen los laberintos. Hoy en día arbitrariamente a esta ciudad le están pintando las calles de negro, y ni un cartel de pintura fresca que te avise. Ni uno, solo algunos coquetos carteles que dicen “Hacemos lo que tenemos que hacer, así que vos que estás viendo esto si me votaste vas a estar re contento de cómo seguimos haciendo campaña incluso después de haber ganado. Y vos que no me votaste vas a estar bien calentito cuando te digamos esto. Tá, para cartel que avisa que hay obras de la Intendencia es un poco largo, pero bueno, después de todo es parte de un discurso político. Ups, lo acabamos de admitir. Bueno, chau. Ah, te decía: no pases por esta calle porque te pintás hasta el ojete”. Ah, y también unas cintas, esas como las que ponen los botones cuando hay algún herido, algunos autos accidentados o el café del oficial derramado sobre la calle. No son brillantes ni fluor como la ropa de los planchas, pero por lo menos el que las puso se sacó las ganas de colgar algo parecido a una vertical en la tribuna de un estadio.

(Click en la imagen si la queres ver más grande, nunca lo avisé antes, mal yo; capaz no sabías) No te me hagas el que cortás calles todos los días. Esto es un laberinto que si te lo juego en un Family no te paso el primer campo. Por si no se entiende paso a describir la imagen: con las cintas, conos y balizas formaron una especie de embudo. Tá, hasta acá llegué, no puedo explicar ese mamarracho. En verdad si lo veo bien no sé si quisieron cortar la calle, armar un laberinto, una pista de obstáculos, una pista para hacer skate, o sacarme los sesos intentando entender esta obra de arte abstracta. “¡Ahh! Pero así es el arte” me va a saltar a decir un fumeta; esto no es arte flaco, esto es limitación humana, no me mires con esa cara, mirame a los ojos, no mires esa mariposa.
 Y no es que tenga algo en contra del interior del país: para nada, no conozco ni tres cuartos del mismo, pero a Villa de la Floreada ya la conocí lo suficiente.
Ese centro tan coqueto (claro, son 4 cuadras, era fácil hacerlo coqueto) inspirando en figuras arquitectónicas de la moda renacentista del 2058: hoy se volvió intransitable. No quiere decir que normalmente lo sea, porque la gente camina en un constante (permiso a un amigo) ritmo de paseo dominguero, diferente a los motociclistas –a los cuales ya me he referido- que andan a la velocidad de la luz (o luz mala, en este caso) porque se les va…
Estaba diciendo que se volvió intransitable (perdonen, ya estoy grande y me olvido de las cosas, soy de la era pre halloween) porque una sarta de infantes coparon las calles (no como barras bravas que a su manera –sana- rompen vidrieras para consumir aperitivos que fomenten romper otra vidriera y así sucesivamente; sino como infantes: jodiendo.
Decían en mi época que halloween era invento yanqui, no se equivocan. Casualmente en la era de influencia máxima del yankismo en nuestro país (un poco tarde ¿no? uno diría que tanto empujaron con eso de Maconals y las hamburguesas que algún día iban a influirnos, al contrario: yo te sigo prefiriendo un buen chorizo al pan y en el estadio. No te voy a mentir, a mí me pegó más el single de Cativelli que la M redondeada. Al final lo que terminó cayendo como pedrada de influencia fue la costumbre de negro rapero de película doblada en Canal 4 los sábados de tarde sino hay programa de chimento argentino de turno, es decir: cadenas, remeras de beisbol, cadenas, piercings, cadenas y ainda mais). Otra vez lo mismo, les estaba diciendo que estamos en la época de máxima influencia yanqui en nuestro país, entonces halloween pega cada vez más en la gilada.
¿Y qué quiere decir esto? ¿Qué cada niño de nuestro país saldrá vestido de fantasma, bruja, hombre-lobo, demonio, o Curiel? No, que las niñas (en el sentido casi que técnico de la palabra, porque tanta hamburguesa con hormonas adentro [¿qué te creías? ¿qué no?] hace que con 12 años ya estén para ser miradas lujuriosamente por los veteranos de camisa abierta y bermuda floreada, en verano) saldrán vestidas de prostitutas a la calle a pedir caramelos. Contentazos los veteranos.
Para terminar, un consejo: si te cruzás un grupito de este tipo de niñas y sentís que te tocaron, por favor revisá –aunque sea- visualmente la zona que te rozaron. No vaya ser cosa que quince cuadras después descubras que tenías el pantalón (gris claro) manchado por un líquido pegajoso e inoloro.
Lo único que puedo decir es que mi inconsciente anda funcionando bien, ya que instantáneamente me dijo que pronunciara un “pero son semejante pelotudas” (y me contestaron que no lo eran, claro, técnicamente no), sin saber lo que me había pasado, sólo por la situación de ver a las desvirgadas éstas pidiendo caramelos. Sí, caramelos sí, hacémelo creer, a ver.
Una fotito del cartel de entrada a mi pueblo, se las debía.

2 comentarios:

  1. Ahhh te "pillé". Faltó cerrar un paréntesis en el tercer párrafo después del pié de foto. No me vas a decir que no te hice acordar a Paiva con esa exactitud de "resaltación" de un error. En fin, ta buena la coluna -y las minas de halloween también-, pero pa mi que había arrancado hablando de las calles de Florida...no sé...pero ta, capaz que viene 2 x 1 de cuentitos en una misma coluna. Andá a saber que pasa por esa cabeza.

    ResponderEliminar
  2. Justamente cuando hablaba de que me olvidaba cosas. Sh, que Paiva nos puede estar mirando. ¡Hola Aníbal!

    ResponderEliminar