Teorías de cómo darse frescor en verano


No voy a hacer la fácil y tirarme de crá en todo esto. Cuando hace calor, como hoy, no se aguanta así nomás. Vivo en una casa fresca, es cierto, pero cuando no tenés una persona mayor que abra las puertas y ventanas azarosamente. El secreto de mantener fresca a una casa –es insólito que tenga que aclararlo- es cerrar las ventanas y puertas cuando hay sol, y abrirlas cuando cae la noche. Parezco bobo diciéndolo pero hay gente que se piensa que por que hace calor hay que abrir inmediatamente todo. No miento, hay gente que lo hace.
Tampoco les voy a decir que es fácil esto. Porque la idea acaba de surgir en facebook (cliquee "facebook" si quiere unirse a esta comunidad), pero estamos hablando de una red social que en estos días se vuelve exactamente lo mismo que le gusta hacer al uruguayo: ver pasar gente. Uno, al igual que sentado en la vereda con el mate al lado, se sienta en frente al monitor recorrer y no interactúa demasiado. Permitiendo así, con la otra mano, abanicarnos y refrescarnos un poco. Pero lo que me encuentro haciendo en este momento, escribir para ustedes, no es igual, uno ya no puede abanicarse con la frecuencia que lo venía haciendo. Entonces, tengan en cuenta esto, estoy pasando calor por ustedes, mis queridos lectores.
“Esta casa es fresca en verano y calentita en invierno”, rezaba mi viejo tiempo atrás. Vivir con una persona mayor echó por tierra toda teoría de la conservación de la temperatura. La persona mayor siempre está 20° por encima en verano, y 20° por debajo en invierno. En conclusión, te abren todo y cagate de risa de los que viven en el último piso en un edificio.
Sumémosle a todo esto, que crecí en un hogar predispuesto al máximo ahorro. ¿Qué quiero decir con esto? Que la Cultura Ventilador no camina. Y no me vengan con el aire acondicionado, es pa burgués.
No solo ahorro, el concepto anteriormente vertido (sobre las ventanas y puertas cuando hay sol, ¿ya te olvidaste?) siempre hizo que no lo necesitáramos. No miento, nunca necesitamos ventilador, ni siquiera sabemos dónde está guardado.
Para ustedes que como yo sufren el calor y necesitamos una solución mucho más eficiente que postear en facebook “qué calor que haceeeeeeeeee…”, aquí les dejo una serie de soluciones, simples, y eficientes.
Abanico manual. Dicha fuente de aire consiste en utilizar la propia palma de nuestra mano en forma de abanico. Evidentemente solo sirve si la temperatura no es tan alta. Usted recibirá algo de aire en su rostro, y además una elegante postura. No es recomendable en varones en contextos sociales “de cancha” o similares.
La revista. Bueno, aquí tenemos muchas especificaciones. Si el calor es excesivo, como ahora, usted necesita una revista con muchas páginas. Es importante tener en cuenta el objeto de abanico, como dice un amigo, por el esfuerzo que uno realiza al ejercer la práctica. Si se requiere mucho esfuerzo entonces uno recibirá aire, pero aquello que lo refresca no servirá de nada si el objeto que usted decidió es la guía telefónica de nuestro país. Una revista de cosméticos es muy útil, de hecho es el objeto en cuestión aquí al lado mío. Además de tener el tamaño perfecto la puede destruir a medida que sirve de abanico. Y ese es otro punto, una vez que usted decide utilizar algo como abanico permanente, no podrá seguirlo utilizando para su principal función. Entonces tenga en cuenta usted, no tome objetos importantes, ya sea libros de cabecera o el manojo de fotocopias con el que tiene que estudiar para febrero.
Ofertas de supermercados. No, ayer lo intenté y no camina. Son grandes y lindísimo aire podrían proporcionarnos, pero tienen pocas hojas. La cantidad de hojas es tan fundamental como pegarse un baño de tardecita. Si tiene pocas usted se esforzará al máximo y el esfuerzo será inútil. Además las hojas tan grandes harán que los movimientos sean irregulares y en vez de frescor usted sentirá rabia.
Hablar del calor da más calor. Si usted convive con una persona que no cesa en su deseo de expresarle al resto el calor que siente, váyase ya mismo de ahí. Sentarse a la sombra es poco eficaz en un día como hoy, claro que lo es en los adinerados que están de vacaciones en el este, pero yo estoy tierra adentro sufriendo sofocado. Entonces vuelva, no se vaya y siga mis consejos. En días como hoy da calor hasta ponerse un par de auriculares y escuchar música o radio, entonces para vuestro problema tengo dos consejos: encerrarse en una pieza oscura con parlantes que emitan un sonido tal que no deje escuchar las quejas; o una simpática mordaza en la boca de esa persona al grito de “me estás quitando el aire fresco que respiro, me estás quitando”.
Cuando era chico inventaba soluciones. Por ende, hoy no. Recuerdo los inventos que en la escuela nos incentivaban a crear. No fue mi caso, pero el de mi hermano sí, con un autito de juguete, o algo de juguete, que tenía una pequeña pieza giratoria que funcionaba a pila, se le podía colocar un par de rectángulos de plástico –extraídos de una botella- en forma de “X”, con un agujerito en el medio; para formar un simpático molino en miniatura. Mi idea, y mi cabeza despierta, fue doblar apenas las puntas, con lo que logramos un ventilador en miniatura. El problema es que se trataba de uno solo, que solo podía utilizarse para una persona. No corrió sangre, es cierto, pero engendró polémicas interminables, a tal punto que dicho ventiladorcito se rompiera, se perdiera, o lo que es mucho peor, lo olvidáramos; hasta hoy.
Es monitor de laptop pero no se puede abanicar uno con él. A usted, señor lector, le parecerá que el monitor de una laptop, con ese misterioso movimiento de “abre y cierra”, sirve de abanico. No, queda desmentido eso, lo entendí después de la paliza que me llevé luego de agitar el monitor de un amigo al grito de “hace calor en tu casa, hace calor en tu casa”.
Derroquemos teorías sobre el baño. Por estos días, y siempre en esta época del año, circula la equivocada teoría de bañarse con agua caliente para quitarse el calor. Claro, ahora ustedes están mirándome con soberbia al pensar “no me digas que me va a contradecir”. La teoría circulante se apoya en que uno, al recibir el calor del agua caliente, sentirá sensación de frescor luego de cerrar la ducha. Mentira, el vapor del agua caliente no se va mágicamente, se queda en el baño y después que cerrás la ducha te lo tenés que fumar. Hasta el simple movimiento de colocarse un antisudoral provocará el mismo efecto que correr a la una de la tarde por la rambla.
Espero les haya servido de algo, o por lo menos valoren el esfuerzo de un humilde servidor que mientras escribía me abanicaba. Claro que sí, ¿se pensaron que me iba a abanicar en pequeños intervalos donde me ponía a pensar qué decir? No, tampoco voy a hablar de esclavitud porque el tema está muy sensible en estos días. Bueno, en realidad el tema del racismo es el que está sensible en estos días. Pero bueno, el muchacho que me está abanicando también es negro, no quiero tener problemas con la justicia así que llamémosle “un humilde servidor”, como a él le gusta.
Otra teoría que olvidé desmentir y me la acabo de acordar buscando una imagen en Google para ilustrar la columna. El ventilador de techo: es más inútil que abanicarse con una hoja de papel de calco. No me vengan con que el de su casa es eficaz, a ninguna casa que he ido sentí fresco con un aparato de estos, y en la mía nunca tuve, tengo techo de paja y techos muy altos. Los dejo, encontramos el ventilador de pie y olvidaremos el ahorro energético por un rato.

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