Me vendría bien un ojo de buey


Toc toc (sí, en el Siglo XXI no tengo timbre).
Abro.

Yo: Hola, ¿qué andaban necesitando?
Rubio de camisa y corbata: Hola, vecino. ¿Cómo are you?
Yo: Bien bien (mi cara no decía lo mismo luego de ver a dos rubiecitos de camisa y corbata).
Rubio: ¡Oh! ¿Tomas mate?
Yo (con el mate en la mano): Ah… Salieron suspicaces estos bichos (susurro). Ehh… Sí, claro (cuando te preguntan algo tan evidente terminás dudando de lo obvio).
Rubio: Nosotros aprender tomar mate.
Yo: ¡Opa, cacique Medina!
Me mira sin entender.
Yo: Ah… (Respondo con muchas ganas de seguir la conversación).
Rubio: ¿Te podemos robar…?
Pienso: Nah, si cuatro barras bravas no pudieron conmigo en el sueño que tuve el otro día, dos rubiecitos de traje no van a poder.
Yo: ¿Robar…?
Rubio: ¿Podemos quitarte un minuto?
Yo: Y… Otro más vendría a ser. Estoy ocupado, justo estoy mirando Atalanta – Parma.
Rubio: ¿Futból?
Yo: Fúbol.
Rubio: Futból.
Yo: Fúbol.
Rubio: Futból.
Yo: ¡Fúlbo!
Rubio: Soccer.
Yo: Me cago en… Dale, como quieras.
Rubio: Nosotros jugamos futból.
Yo: Ah… (Atrapado por el comentario).
Rubio: Si quieres puedes venir con nostros a jugar (pronúnciese la “r” al estilo yankee que aprende español).
Yo: No, justo hoy a las 9 tengo un fútbol 5.
Rubio: Tenemos canchas.
Yo: Ah… Mirá (conmovido por la conversación).
Rubio: ¿Tú leer la Biblia?
Yo: ¡Seee! ¿Cómo no?  Psss… Toda la vida.
Rubio: Tu entonces quieres venir con nosotros. Jugamos futból…
Yo: Fútbol.
Rubio: Futból.
Yo: Fútbol.
Rubio: Football.
Yo: Futból… Eh… ¡Sí, eso!
Rubio: Decía, tenemos futból, leemos la Biblia, tomar mate.
Yo: Ah, precioso. Agregale una chela es tremendo plan.
Rubio: ¿Chela?
Yo: Qué trabajo me das, viejo…
Rubio: ¿Viejo?
Yo: Sí, que justo después del mate me voy a encajar un Viejo Barreiro.
Se quedó mirándome.
Yo: Bueno, se me va terminando Atalanta  - Parma y después viene… No sé, algún otro partido de mierda,
Rubio: ¿Tú querer ser mormón?
Yo: Ah, ¿se dicen mormones ustedes a ustedes mismos?
Rubio: Y viste cómo es… Es como la historia de manya, arrancó como despectivo y lo terminaron adoptando como suyo.
Lo quedé mirando.
Rubio: Se me va la vida… ¿Quéres o no?
Yo: Sí, perdón que te estoy robando tiempo.
Rubio: Todo bien, viejo. Pero viste que no tenemos todo el día.
Yo: Pará, ¿no fueron ustedes los que tocaron la puerta? Rajá de acá, mirá. Te doy hándicap para que te pongas el casco y te subas a la bici pa’ rajar. Porque si hay algo que tengo es códigos, no le voy a pegar a alguien que se está poniendo un casco.
Rubio: Nosotros en la comunidad nos invitamos mate.
Lo quedé mirando. Me hizo sentir mal.
Rubio: No sé, te la tiro.
Yo: Mal yo ahí, te tendría que haber invitado. Pasen, está lindo el partido y estamos picoteando algo.

Y así fue la historia de cómo fui mormón por una semana, hasta que me enteré que había que ir al altar para obtener algo que se puede hacer pagando.

No sé si lo será, pero qué pinta de mormón que tiene.

2 comentarios:

  1. Lo que me deja más sorprendido es la etiqueta "Gorzy"

    ResponderEliminar
  2. Qué lindo que alguien lea nuestras etiquetas. Porque ahí también intentamos hacer humor. Lo que pasa es que desde nuestros comienzos hacemos chistes con Gorzy, entonces ya es costumbre. Son generalmente bizarras nuestras etiquetas.

    Gracias por leernos, querido Anónimo.

    ResponderEliminar