Homenajes: el primero

Se podrá acusarme de falta de creatividad, de ladrón, de plagiador, o de adicto a los refrescos sabor pomelo. Todo puede ser comprobable.
Es la tapa del libro. Esto se llama hacer publicidad, lo admito
Pero esta nueva sección pretende ser un homenaje a cada uno de los autores que me han marcado. Darwin Desbocatti sin duda algunas es el primero por donde se lo mire.
Sin vida es un texto extraído de su libro "Yo, Darwin. Teoría de la desgracia circular irreversible". ¿Por qué este capítulo y no otro? La respuesta es simple: me costaba elegir uno, pero éste lo usé para un trabajo de la universidad y el resultado de la aprobación de la materia fue un 11 redondito. Bueno, lo confesé, no es sólo un homenaje a Darwin, es un homenaje y agradecimiento a este texto.
Sin más preámbulos:
Sin vida

En este ciclo intitulado “Capaz que soy yo, que no estoy entendiendo algo”, nos aproximamos a la televisión uruguaya, y tratamos de descifrar el porqué de sus éxitos. La idea es concurrir a las producciones de los distintos programas, y transmitir el secreto que les posibilita captar televidentes (secreto que para mí, hasta ahora, está mejor guardado que el de la Coca-Cola). En la primera entrega, nos infiltraremos en una grabación del programa “Vidas que no le interesan a nadie pero con una musiquita de fondo emocionan que da gusto”.
Al llegar al rodaje, el conductor me echó una mirada con su habitual cara de “te entiendo, contame tu vida, vos sos importante para mí aunque no lo creas”, y yo traté de poner gesto de “te agradezco, pero recién tiré”. Algo habrá interpretado, porque enseguida dejó de mirarme y siguió hablando con el iluminador, que le estaba mostrando el álbum de fotos de unas vacaciones con su familia en Araminda.
Facundo: Bienvenidos a “Vidas que no le…, etc”. Hoy estamos con Amaranto, un camionero. ¿Qué hace un camionero, Amaranto?
Camionero: Maneja un camión miles y miles de kilómetros, y millones de horas, y sufre, y aguanta como puede el destino que le tocó, y agoniza.
Facundo: Entonces esto no será un fin en sí mismo para vos, sino un medio para lograr otros objetivos mayores.
Camionero: Sí claro, en realidad mi objetivo es dominar el mundo y decidí empezar subiéndome a un camión, viendo cómo se me va la vida en un tapizado de cuero.
Facundo: Contanos, ¿qué beneficios trae ser camionero?
Camionero: Ninguno, botija.
Facundo: Pero algo te habrá dejado el oficio.
Camionero: Sí, te soy sincero, algo me dejó: me dejó un cáncer de piel en el brazo izquierdo, ¿ves cómo tengo acá todo podrido?
Facundo: Pedro, metele la canción de Titanic, la que es bien triste; sí, ahí veo, te arranca en la mitad del brazo y te llega hasta los dedos de la mano izquierda… qué triste.
Empieza a cantar Celine Dion; siento cómo se me humedecen los ojos mientras miro el monitor.
Facundo: Bueno, y contame, ¿qué haces mientras manejás?
Camionero: Ah, yo soy muy de tejer escarpines, a veces practico malabares también, a veces voy armando cubos de Rubik, y a veces me la hago a dos manos como vos… ¿qué voy a hacer mientras manejo, botija? Ma-ne-jar.
Facundo: Pero me refiero a tu cabeza, vas pensando, vas mirando las cosas a tu alrededor…
Camionero: No, trato de no mirar para los costados porque el paisaje es muy interesante y me distraigo. Imaginate: pasto verde con animales echados, me muero de ganas de ir mirándolo, no sé cómo hago para contenerme.
Un productor se acerca al conductor (el conductor del programa, no del camión) y le dice algo en secreto.
Facundo: Tu mujer estuvo hace un par de horas con la producción de “Vidas que no le interesan a nadie pero con una musiquita de fondo emocionan a la gilada”, grabando este mensaje para vos, miralo.
En el monitor aparece la imagen de una señora y se escucha la música de Aladin.
Mujer: Hola, Amaranto, estoy orgullosa de que seas camionero. Gracias a que sos camionero soy la mujer más feliz del mundo; porque mientras vos manejabas y manejabas, yo conocí a Ruben, un hombre maravilloso que es mi pareja hace doce años. No me animé a decírtelo hasta hoy, que la producción del programa me alentó para que lo hiciera; bueno, en realidad me pagó. Me voy, Amaranto, tengo dos hijos con Ruben, sietemesinos los dos, porque los saqué para afuera rapidito en dos viajes largos que tuviste. Chau, no te preocupes por mí, me llevé los muebles.
El camionero se le tira arriba al conductor y le practica una llave de yuyitsu. El conductor, con lo último que le queda de aire, le pide al sonidista que haga algo, y este pone un tema de Il Postino enseguida. Cuánta eficacia. El iluminador deja caer un foco de 40 kilos en la cabeza del camionero, y le quema la cara con la luz. Empiezo a llorar, y por fin entiendo qué lleva a la gente a ver este programa.

2 comentarios:

  1. Darwin es un grande, un gran cago de risa.
    Buen comienzo de año!

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  2. Darwin es el mesías. Igualmente para vos, buen 2011.

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