Editorial: bandera

Más allá del arsenal armamentístico que hoy mismo podemos ver introducido en el Estadio Centenario, es el tema del momento. Bien de nuestro país claro, donde el tema de momento perdura lo que necesariamente tenga que perdurar.
Recordemos el Mundial de Sudáfrica, donde mágicamente el nivel de criminalidad, los asaltos, las violaciones, los secuestros, la violencia doméstica, y las ancianas tropezando en la feria; bajaron al 0%.
Como dijimos ya, el tema de la bandera es el tema del momento. Y si eran pocos los condimentos para la hamburguesa bien uruguaya esta, agreguémosle el condimento “más grande del mundo”. Ideal que claramente a esta altura ya le robamos a los brasileros, especialistas en sacar chapa de mejores.
La torta frita, la bufanda, el guiso, el asado, el buñuelo, o la flatulencia más grande del mundo; son propiedad uruguaya. Y cada uno de estos temas siempre ha sido punto de atención por parte de toda la prensa local, bajo el título de “la noticia del momento”.
Por eso estamos ante la combinación más peligrosa que la mismísima bomba atómica, o un bombazo del Canario Olveira. “X más grande del mundo” en el fútbol, significa que si miramos un informativo, si esperamos un flash informativo, si miramos a la Canosa, si esperamos las nominaciones de Gran Hermano o si miramos a Cacho Bochinche, ¡vamos a ver a la bandera más grande del mundo!
Corrijo, la bandera más grande del mundo todavía no la vamos a ver. Pero sí tenemos que fumarnos insoportablemente la expectativa que se ha creado en torno a un pedazo de tela que será desplegado esta noche en el Centenario. Repito, un pedazo de tela, nada más.
Peligrosísima expectativa. Recordemos también que estamos ante una bandera diseñada por hinchas. Dije bien, hinchas. Y todos sabemos la capacidad de razonamiento que emergen de esas cabecitas, generalmente violentas, generalmente vacías, generalmente nulas de todo razonamiento que se aleje de un “vo gallina (más insulto correspondiente)”.
Ahora, la expectativa es peligrosa porque esto sale de hinchas y no sabemos a lo que podemos estar expuestos. Yo por mi parte, procederé a taparme los ojos, que alguien a mi lado me diga cuándo está totalmente desplegada, así retiraré mis manos y me dispondré a sorprenderme con la historia de Peñarol resumida en una bandera.
De la vereda de en frente no se hicieron esperar las cargadas. “Tenés bandera, estadio no”, “menos tela, más portland”, “vos escribís tu historia en una bandera, yo precisaría un domo que cubra el Estadio Centenario, incluida la torre de los homenajes”. Pero simplemente son respuestas de hinchas de un cuadro, a hinchas del otro; como somos un blog imparcial le damos voz a todos.
Antes de culminar queremos recordar que la “gran obra maestra” por la que esta hinchada se viene recordando a sí misma es por el diseño de una gallina inflable, sospechosamente ingresada al Estadio. Veremos si hoy se superan a sí mismos como persona adulta, y logran sorprendernos con un majestuoso diseño. O tanta presión, tantas miradas encima, tanta expectativa; termina haciendo que terminemos parándonos de mano para poder leer lo que la bandera dice.

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