Si no sos Eric Maximilian bajá ese brazo que se te va a acalambrar


Hola, como todos saben mi nombre es Chanchito y ya soy la sensación de este país, tengo que hacer espacio en mi agenda pero pronto coordinaré una entrevista en profundidad que me quiere hacer Carballo.
Mi gente lo dice, soy rock (o ruack, como le gusta decir a mi gente beia). Y no se equivoca, tengo mucho rock encima y muchos recitales arriba. Tantas noches de boliches, teatros o antros, me ha hecho sacar algunas conclusiones sobre un tema atrapante para algunas personas, e irritante para otras.
Quiero hablar sobre esos seres humanos que asisten a un espectáculo musical sin bajar nunca uno de sus brazos por sostener un celular. Ese celular prendido y en modo video. Sí, estoy hablando del gil que filma todo el recital.
En oportunidad de un festival de rock donde presenciaba a una banda que no era de mi total agrado, me encontré vecino a alguien que sí, y que además filmaba el recital. El señor ya entrado en años pero con grandes complejos de juventud, arengaba al resto de los mortales que estábamos cerca para que saltáramos y cantáramos los temas.
El típico ser humano que no puede ver a alguien quieto a su alrededor. En otras circunstancias, esta persona me merece muchísimo respeto. A ver, seamos claros, es el personaje que suele expresarse con un “¡vamo a cantar, putos!”, pero este ser siniestro no me merecía el mismo respeto. ¿Por qué? Porque filmaba todo el espectáculo, cual adolescente excitada por la presencia de Justin Bieber, no se detuvo jamás en su afán por filmar. “Detuvo” es simplemente una metáfora, ojalá –para sus intereses- hubiera logrado detenerse para obtener una imagen clara y enfocada, pero el hijo de puta no paraba de moverse por el pedo que tenía.
Se me ocurren tantas preguntas para hacerle a ese tipo de personas… ¿En realidad sienten que logran un buen video? ¿Llegan a su casa y se sientan a ver toda esa masa audiovisual con sonido saturado e imágenes movidas? ¿Luego de ver todo ese video espantoso se siguen sintiendo buenos camarógrafos? ¿No pasaron nunca por YouTube?
Además son una molestia irritante que termina desconcentrándote del espectáculo que pagaste para ver y que lo estás teniendo obstaculizado por un fenómeno que se la pasa todo el recital con un brazo arriba. Uno siempre sueña con que se desate un pogo demencial que termine volteándolos y aplastándolos. No quiero desearles que en ese mismo pogo una patota de gordos aplaste el celular, porque soy un conservador de los celulares, y no vengo a acá a promover la compra indiscriminada de celulares. Tengo un teclado adelante y por ende una responsabilidad social. Como yo tuve casi seis años el mismo aparato, defiendo mis ideas de la misma manera. ¡Liberen los auriculares!
Me fui de tema, como siempre. Es sorprendente el poder de ilusión que tienen estas personas, como la de un adolescente de 14 años que todavía espera regalo el Día del Niño.
Cuando esa persona es un “conocido” creo que uno tiene que intervenir. Hay que decirle qué es lo mejor para él, que lo sepa. “Mirá, no es por acá. Vos tenés familia, tenés a tus viejos, tenés tu esposa y tus hijos, enderezate botija”, hay que decirle. No me gustaría que a gente me vea en la calle y me señalen con dedo acusador, mirándome con ojos de “mirá, ahí va el primo del loquito que filma todo el recital”.
Prefiero ser señalado con un “ahí va el mediocre que todavía escribe en un blog y en facebook”.
Otro buen camino podría ser estar presentes en el momento en que se sienta a ver el video en su casa, o mejor aún, en ese momento donde, orgullosos de su obra maestra, te prestan el celular y te dicen, con los ojos brillosos de alegría, “mirá lo que filmé anoche”. Ese, o el otro, es un buen momento para decirle “esto es espantoso, no filmes nunca más en tu vida”.
Creo que lo más sano para estas personas con complejo de Sebastián Abreu (pero sin humo desprendido por los poros de la piel) o de Sergio Gorzy (pero sin… Bueno, todo eso que tiene Gorzy además de la cámara), podría ser algún tipo de condena.
No sé, por ejemplo en delitos similares como la violencia doméstica, se quieren implementar pulseras que detecten la presencia del agresor a cierta distancia; en estos individuos capaz que podríamos implementar algunas pulseras que apenas ingresen a un local de venta de celulares, el vendedor pueda identificarlo y tenga prohibido venderle un celular que filme.
Yo doy soluciones, porque como saben soy un servicio social. Y los voy dejando por acá, no tengo más ganas de escribir un fin de semana, tengo que salir a conquistar eso que los mortales le dicen Mundo.
La responsabilidad de todos los conceptos vertidos es de Chanchito. “Fijate si puso la puerca” se deslinda absolutamente de toda demanda que pueda realizarse. 

No lo conocemos. Solamente queríamos ilustrar la columna con alguna imagen y googleamos “persona filmando con celular” y la segunda foto que salió fue ésta. Y la verdad… Tiene flor de cara del “gil que filma todo el recital”.

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