Volvió
el humor a partir de una imagen. Es cierto que todas estas columnas surgen a
partir de imágenes que veo en un ómnibus, en la calle, en el estadio, en un
ómnibus o en un ómnibus (hay que ser realistas, acá priman las anécdotas de
bus).
Pero
no siempre puedo tomar fotografías de lo que veo, a veces porque no tengo
celular, porque está roto o porque no ando con él. Ya los imagino en sus casas
gritando “¡se equivocó!”, en esa enumeración de opciones que acabo de hacer.
Verán que no, “a veces porque no tengo celular” no es lo mismo que “porque no
ando con él”, acá hay columnas que narran anécdotas de mi infancia, ahí no
tenía celular, bien que me hubiera gustado tenerlo para filmar a aquél que me
hizo tragar arena. Probablemente la historia habría sido otra, él no sería un
fracasado futbolista y ahora barra circunstancial de su equipo de fútbol, y yo no
sería un fracasado futbolista escribiendo en un blog con un alter ego de peluche.
Tengo
la sensación que me fui de tema sin arrancar si quiera el tema. Bueno, esta es
mi libertad y hago uso de ella.
Sin
dudas estamos ante una imagen fuerte, reíte de una cerca eléctrica o el portón
del Toto. Esto sí que impone presencia y respeto para respetar las propiedades
privadas. Uno llega hasta ahí con claras intenciones de violar la propiedad
privada, sustraer cuanto objeto de valor se nos cruce debajo de los colchones
(ah, sí, la gente guarda la plata abajo del colchón todavía), y queda
estupefacto ante ese llamado de atención.
De
los creadores de “Cuidado perro mordedor”, llega “Proibido pasar” entre dos
maderas que sólo serían obstáculo de Andrés Silva.
Tengamos
en cuenta también la teoría “por la contraria”. Gente que se vea herida en sus
sentimientos por ver tal horror y, capaz que ese día no andaba con ganas de
afanar, pero por tal animalada se le despiertan ganas de hacerlo. Como ese que
sale un sábado y dice “hoy no tomo”, pero todos sus amigos lo hacen y termina
siguiendo a la masa.
Qué
lindo mensaje estamos dando: robar y mamarse.
Para
que no piensen que nos falta eso de sentido de responsabilidad social, les
decimos: si van a mamarse y robar, no manejen, vayan en taxi, o roben un taxi,
pero no lo manejen.
Quiero
confesar que esta foto cuenta con la fortuna de alguien que transita por un
pueblo del interior. O no, porque lo hice de tarde, a la hora que duermen la
siesta, porque de noche es difícil, es la hora donde sacan las sillas a la
vereda y se sientan a ventilarse un rato mientras miran pasar a las mismas
motos y las mismas bicicletas que todas las noches.
Esto
lo comento porque ayer pasé por un local de venta de ropa donde vendían “yorts”
de Nacional y Peñarol; pero la vendedora estaba parada afuera cuidando que tan
prestigiosa prenda no fuera hurtada por vengadores de la ortografía, o que chanchos
de peluche no le saquen fotos a sus estrategias de marketing y después escriban
columnas como ésta.
Sin
dudas que esta gente tiene un servicio de inteligencia para que uno no pueda
intervenir en esas misteriosas campañas publicitarias.
En
fin, me voy yendo. Hasta lueguito. Ahí nos olemos. Será la próxima. Cuídense.
Háganse dar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario