¿Qué le está pasando al fútbol? Parte dos

En la anterior entrega editorial de la página nos explayamos (sí, el fútbol cambió, yo reivindico a los jugadores que nos hicieron grandes, aquellos que hablaban en tercera persona cuando se referían a ellos mismos) sobre la actualidad del fútbol uruguayo; hoy es el turno del internacional.
Con todo lo que nuestro país no tiene encontramos al fútbol español. Recientemente campeón del Mundo, con el equipo invencible por excelencia, con los Galácticos Recargado, y un resto que acompaña, y sobra.
El Barcelona, equipo al que nos referimos cuando mencionamos al “equipo invencible por excelencia”. ¿Qué se puede decir del conjunto catalán? Juega lindo, pero aburre. A lo que vamos, es que no encontramos ninguna diferencia entre nuestro paupérrimo fútbol uruguayo con la realidad de España, quien repetimos, es el campeón del Mundo.

Estamos todos de acuerdo si decimos que nuestro fútbol jamás podría favorecerse a la hora de venderse, con un televisado del domingo entre Cerro del Loco Omar Pérez (que es el hermano del Ruso, y que según predicciones de Boris Cristoff, Omar en el año 2035 será el Dt del Rentistas campeón de la Copa Spica Libertadores, y el titular de El País será “El hermano del Ruso gana la Libertadores”), y el campeón del Apertura: el Defensor Sporting de Repetto, que no es Nicolás, aunque el Toto tenga que recibir cientos de llamados por fin de semana desde la vecina orilla, que preguntan por el vínculo entre ambos. Repetimos, no es Nicolás Repetto ni tiene parentesco alguno; éste no es exitoso ni lo será, claramente estamos ante la presencia del “gurí bobo” de la escuela, al que le metían los calzoncillos por encima de la túnica y le rayaban la espalda con inscripciones tales como “Viva el fascismo escolar” o “Liberen al Tíbet de las cartucheras”. Con la única diferencia de que creció, se quedó pelado (vaya a saber si en una clase de Química en el liceo no le incendiaron la cabeza), y tiene suerte (sí, no se crean que él ganó el Apertura, fue Mora, De Souza, y los 35 minutos que pierde Martín Silva en cada saque de arco).

Estábamos hablando del Barcelona. ¿Por qué dije todo lo anterior del fútbol uruguayo? Porque todos sabemos que es aburrido, a las cinco y media de la tarde sentarte a ver el Tróccoli con Trujillo parado de cinco en Cerro; no es lo más entretenido que nuestro país ofrezca. Pero el famoso Barcelona no es divertido; bueno, cuando empezó a ganar títulos, en donde Ronaldinho se mantenía encadenado en las concentraciones para poder dormir antes de los partidos (según confesó Messi, quien asustado un día lo fue a buscar el padre a la concentración ya que la imagen de Ronaldinho desnudo, atado a una cama al grito de “¡déjenme salir que eu quiere tomarse umas caipirinhas com algumas garotas y Ronaldo y seus travas!” le dio mucho miedo y no fue suficiente su osito de peluche para consentirlo). Luego de los dos primeros años donde el astro Argentino brilló, nos comenzamos a maravillar con los que ya estaban hace tiempo, Xavi e Iniesta (éste último todavía dudo la edad que tenga, era sub 20 y en Catalunya se lo apodaba “el Carlitos Díaz catalán”). Y luego de estos jugadores se terminó la diversión, ya sin Ronaldinho de quien se aburrieron de contener en las concentraciones, el equipo funciona a la perfección; y esto aburre.

Que me desmientan sino, los rivales del Barcelona parecieran jugar en la altura por el récord de desmayos; los cerebros de los futbolistas no te vienen preparados para asumir psicológicamente que durante 90 minutos tenés el balón solamente las veces que saques del medio. Gran cantidad de infartos cerebrales ha habido a raíz de esto. Entonces la azul-grana “mecánica” (pero ganando títulos) es el mejor equipo del mundo, pero el más aburrido.
No hay ninguna diferencia entre el fútbol del Barcelona y el fútbol uruguayo en su totalidad, la reacción del público ante lo que ve en televisión es la misma, se A-BU-RRE. Es más, hasta nos animaríamos a decir que es más divertido el fútbol uruguayo, en donde por lo menos la expectativa de para dónde le va a picar al arquero tras un flácido remate al arco de Román Cuello en el Palermo; o hacia dónde toca hoy que se dirija el balón luego de un despeje de Darío Rodríguez, si a la platea América, si a la tribuna América, si se la revienta en la trucha a Aguirre y lo desmaya en medio del partido, o si ni siquiera atina al balón, provocando ahí una jugada de riesgo, innovadora y como solo nuestro fútbol puede ofrecernos. En cambio, lo más divertido del Barcelona es ver si Messi la colocó dos o tres centímetros más esquinado contra el palo, o si Iniesta lo asistió de tres dedos o con cara interna.

Mucho glamour, muchos millones, mucha publicidad, mucho estadios modernos, mucho “mejor jugador del Mundo”, mucho título mundial; pero no hay nada más reconfortante que levantarse a las diez de la mañana para ver las quince personas que asisten al Roberto para ver a su querida escuelita de Sayago de Darío Larrosa, con 45 años.
Más adelante seguiremos con este apasionante tema que es el fútbol, tocando otras realidades; algunos títulos que adelantamos son: “¿Pa cuando Riquelme?”, “Pobre botija Lamela, lo que debe haber sufrido en la escuela”, “¿Te parece raro que Fox Sports y Espn hablen tanto de fútbol colombiano y que el fútbol argentino traiga tanto colombiano?”, “Hasta Boris Cristoff sabía que tanta adulación a Gio Moreno iba a terminar en lesión de ligamentos”.


El Polaco Rivero siempre le alcanza las botellas de plástico al vecino de la esquina que las junta, y no se viste tan mal como el Barcelona.


4 comentarios:

  1. Muchas gracias Tatiana. Estás invitada a seguir leyendo el blog y a seguirlo en facebook para estar al tanto de las columnas que se van publicando. Saludos.

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  2. ajaja ta bueno.

    P.D.: 15 personas que chupaverga? la concha de tu hermana, abrazp

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  3. No te entendí... ¿Qué 15 personas decís? Abrazo.

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